




Dedicado a todos mis compatriotas que andan por diferentes latitudes y que extrañan nuestra tierra, la que nos viò nacer, en la que dejamos gran parte de lo que somos y a la cual deseamos volver en algùn momento de nuestras vidas.
Chile, poema en constante cambio, de naturaleza exquisita, desde su Norte àrido, repleto de nuestro pasado cultural y riquezas mineras; de un cielo que deslumbra a los visitantes y con una tecnologìa de punta para observar la inmensidad del cosmos. Pasando por sus grandes y esplendorosos valles, nacidos de la majestuosidad de los Andes, siguiendo los magnìficos parajes llegamos a un turbulento Santiago, una ciudad que se prepara a recibir el futuro con los brazos abiertos. Saliendo de este valle nos sorprendemos del verdor de las imàgenes; continuamos màs al Sur y nos encontramos con un clima màs hùmedo y frìo, pero de gran belleza rodeado de volcanes, lagos y rìos y llegamos a la Zona Austral, donde disfrutamos de las colosales glaciares y ventisqueros y abrazando a todo mi Chile un Ocèano Pacìfico que lo une a sus islas y la Antàrtida.